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Los investigadores de nanoGUNE han desarrollado un dispositivo fotovoltaico que es 14% más eficiente gracias al magnetismo de sus contactos. El dispositivo es también capaz de proporcionar corriente alterna directamente

Un grupo de investigación internacional dirigido por el investigador Ikerbasque Luis Hueso (líder del grupo de nanodispositivos del CIC nanoGUNE), y que ha tenido la participación de la Academia China de las Ciencias, el Instituto Max Planck (Alemania) y el propio nanoGUNE, ha desarrollado un Célula fotovoltaica en la que se utilizan por primera vez materiales magnéticos como electrodos para proporcionar corriente. La prestigiosa revista científica Science ha informado sobre los resultados de esta investigación que, en opinión de Luis hueso,
«está abriendo un nuevo canal para convertir la luz en energía eléctrica más eficientemente».
Como explicó el investigador de nanoGUNE,
«el aparato es simplemente una célula fotovoltaica fabricada a partir de un material orgánico (Fullereno C60) y dotada de electrodos magnéticos de cobalto y níquel».
El Fullereno C60, conocido como buckyball, es una molécula en forma de bola que comprende 60 átomos de carbono. Lo que es más, los electrodos magnéticos producen corriente con una propiedad añadida conocida como spin. La combinación de ambos no es una coincidencia ya que el Fullereno es un material fotovoltaico que podría permitir el control de la dirección de centrifugado. El uso y control de este correctamente permite aumentar la eficiencia de la célula solar, lo que hace que sea capaz de generar una corriente más grande. Como explicó Hueso,
«los giros de las células solares habituales son ‘ desordenados ‘, pero gracias al magnetismo hemos logrado ‘ ordenar ‘ para que se pueda recolectar una corriente más grande».
Los investigadores han confirmado que el uso de electrodos de este tipo aumenta la eficiencia fotovoltaica del dispositivo en un 14%.
El dispositivo tiene otra ventaja añadida ya que se ha encontrado que es capaz de generar directamente corriente alterna, que es mucho más útil en aplicaciones que la corriente directa generada por las células solares habituales, ya que los transformadores ya no necesitan ser utilizados.
«la inversión de la corriente tiene lugar en el propio dispositivo cuando los electrones creados por la luz interactúan con los contactos magnéticos, cuyas espinas han sido ‘ ordenadas ‘»,
explicó Hueso.
Aunque es cierto que los investigadores han demostrado que el uso de electrodos magnéticos permite aumentar la eficiencia de las células fotovoltaicas, insisten en que todavía están muy lejos de obtener una célula fotovoltaica óptima. Con este objetivo en mente están trabajando en la construcción de dispositivos similares utilizando materiales orgánicos que ya han demostrado ser más eficientes que el Fullereno. El investigador afirma que
«en el futuro será posible construir un dispositivo comercial que actúe como un módulo solar y produzca corriente alterna directamente».
Fuente: Eurekalert

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